ABT Manufacturing Services es una empresa ubicada en Monterrey. La visión de Alfredo Báez, su director y propietario, ha sido la de convertir su taller en una de las más importantes compañías prestadoras de servicios metalmecánicos de la región.
ABT inició actividades en 2007 con cinco empleados y corrió con la suerte de que su primer cliente fuera una empresa de la industria automotriz. “Comenzamos trabajando para ellos con bajo volumen-alta mezcla: un dibujo, una pieza, sin dibujos, cien piezas, una de cada una. Era una empresa alemana con la que aprendimos mucho. Empezamos con pocas cosas y con el paso del tiempo fuimos siendo mejores proveedores hasta que llegamos a ser sus preferidos. Poco a poco crecimos y, desde el inicio, la diferencia ha sido la visión de que no éramos simplemente un taller”, dice el ingeniero Báez.
Dado su objetivo de buscar siempre mejores clientes, aunque el taller era pequeño, en su estructura han tenido coordinador de calidad, de producción, de administración y de ventas. En la actualidad ABT cuenta con 100 empleados que trabajan en tres turnos.
ABT dispone de 16 equipos CNC y año tras año hacen nuevas inversiones. Crecieron en máquinas, primero con procesos convencionales: fresadoras, tornos, tornos manuales, y después llegó el momento de comprar el primer CNC, el que les hizo pasar a un siguiente nivel, porque los clientes exigían no solo una pieza, sino grandes volúmenes, y la única forma de conseguirlo era con máquinas CNC para alcanzar repetibilidad y calidad.
El punto de quiebre fue una máquina CNC
Grupo Hi-Tec llegó en un momento muy adecuado para ABT. Tenían diferentes marcas de máquinas en el taller y la gente de Hi-Tec llegó cuando necesitaban más máquinas, porque un cliente les había aumentado la producción por tres años consecutivos.
“Los planes de financiamiento que tiene Hi-Tec son muy atractivos. A esto se unió la confianza que les dimos, por el tipo de empresa y de trabajos que hacemos. Ellos nos vendieron un torno CNC que nos ayudó en el volumen de producción que necesitábamos. A raíz de eso, nuestras relaciones con los gerentes han sido muy buenas y hemos seguido invirtiendo en máquinas con ellos. Creo que han sido muy abiertos en entender las necesidades, en confiar en nosotros y han estado siempre muy atentos para ayudarnos a mejorar y a trabajar con las máquinas”, explica Alfredo Báez.
La primera máquina que ABT adquirió con el Grupo Hi-Tec fue un torno Haas ST-15 para trabajar piezas en acero inoxidable de medio volumen de producción y con mucha diversidad de partes.
“Eran piezas de acero inoxidable 304 y 316. Nos pedían lotes de 30-50 piezas y con los tornos que teníamos en ese momento no completábamos la producción. Fue un buen torno que nos ayudó mucho en ese momento”, dice Báez.
Posteriormente, adquirieron un centro de mecanizado Haas VF-3, que junto con todos los demás equipos del taller les llevó a mejorar el nivel de producción. En 2021, ABT se ganó un proyecto de alta producción para el cual adquirieron una máquina Haas DT-2, enfocada a gran productividad.
“Era para un proyecto de alta producción. La máquina ha trabajado desde mayo de 2021 de manera continua, día y noche, y el costo-beneficio que nos ha dado ha sido muy bueno y nos ha ayudado para seguir buscando más trabajo”, explica Báez.
La DT-2, de la serie Haas, enfocada en taladrado, roscado y fresado de alta velocidad para tareas de producción ajustada, les permite aprovechar el espacio del piso del taller. Cuenta con un potente accionamiento de husillo, acoplamiento directo y cono BT30. Trabaja a 10,000 rpm y permite efectuar el roscado rígido a una velocidad elevada. Su cambiador de herramientas, de 20 posiciones, les permite cambiar de herramienta a gran velocidad, mientras que los avances rápidos de 2,400 ipm, combinados con tasas de aceleración elevadas, les han ayudado a reducir los tiempos de ciclo y los tiempos muertos para cumplir con las exigencias del nuevo proyecto.
“La necesidad de uno de nuestros clientes era una elevada producción en perfiles de aluminio. Se necesitaba alta productividad con eficiencia para tener el menor costo. Con los demás centros de maquinado que tenemos hubiéramos batallado por la velocidad del cambio de herramienta y la rapidez de los movimientos de la mesa. Las revoluciones que tiene la DT-2 nos ayudan a taladrar y hacer cortes más acelerados. Esta máquina nos ayudó en un momento en que el cliente tenía la necesidad. Eso sucedió en mayo-junio del año pasado y, en ese tiempo, por el tema de los chips y la pandemia, ningún proveedor disponía de máquinas o era muy difícil encontrarlas. Y Hi-Tec tenía esa máquina en stock. Entonces, las características de velocidad, husillo, revoluciones, velocidad de la mesa y del cambio de herramienta fue lo apropiado para dar la productividad y la eficiencia en el producto que manejábamos. Si no tuviéramos esas velocidades, pues haríamos menos piezas por hora. Por lo tanto, el precio de cada pieza sería más alto y creo que no hubiéramos ganado el proyecto”, cuenta el ingeniero Báez.
Los perfiles de aluminio que producen en el centro de mecanizado Haas DT-2 para la industria eléctrica, usados en lámparas, son un producto que se consume mucho en ese sector. Los perfiles llevan agujeros roscados y ranuras. Uno de los beneficios obtenidos por el taller es la velocidad con la que los ejes se mueven para poder realizar el trabajo y ser eficientes en el proceso. En esa máquina producen 10,000 perfiles por semana, operando día y noche.
“Ya teníamos un centro de maquinado Haas y el control es el mismo. Entonces, la estandarización del tipo de controles es algo muy importante. Mucha gente de la que contratamos, que tiene experiencia en otros talleres de Monterrey, donde hay muchas máquinas Haas, ya conoce el control y no batallamos para ponerlas a trabajar. Recibimos una capacitación por ciertas peculiaridades de la máquina, pero en general fue bastante rápido ponerla a producir. No tuvimos una rampa de aprendizaje y todo fue muy fluido”, dice Báez.
Para ese proyecto del sector eléctrico, ABT usa cuatro cambios de herramienta: broca, broca de centros, machuelos y un endmill para hacer los procesos que requiere la máquina.
ABT también adquirió otro torno de ST-15 con alimentador de barras, que le dio la oportunidad de seguir trabajando con piezas de alto volumen de producción y con más productividad porque fue comprado con un alimentador de barras. Este torno ha ofrecido buen rendimiento, flexibilidad en la sujeción, rigidez y estabilidad térmica para los trabajos del sector eléctrico.
“Después de esto le compramos a Hi-Tec un torno tipo suizo marca Citizen, que está por llegar, de tamaño L32, y que viene muy equipado para hacer piezas complicadas de diferentes ejes, con ángulos inclinados. Ahí vamos a entrar a piezas de alto volumen”, dice el ingeniero Báez.
ABT ha estado diversificada en cuanto a mercados y clientes. La mayoría de las empresas que atiende son compañías grandes y gracias a que han hecho inversión en centros de mecanizado han podido conseguir proyectos con mayor volumen de piezas. Si bien por mucho tiempo fueron un taller de bajo volumen y alta mezcla, desde hace tres años pasaron a mediano volumen y este año están enfocados en crecer a un alto volumen con la inversión en tornos tipo suizo.
“Fuimos creciendo. Comenzamos en una bodega de 150 metros. Después juntamos otras dos y ya teníamos 300 metros cuadrados. Luego nos extendimos a 700 metros cuadrados, pero en área de máquina teníamos como 350 metros cuadrados. El año pasado, en mayo, nos cambiamos a las nuevas instalaciones y aquí tenemos 3,200 metros cuadrados, casi diez veces más de lo que teníamos. Eso nos ha permitido una mejor distribución de las máquinas y contar con un mejor layout. Ahora, con una estructura muy visible para el control de la producción, nos ha sobrado espacio para los proyectos de desarrollo que consolidaremos este año”, explica Alfredo Báez.
Nuevo enfoque y visión en grande
El ingeniero Báez quiere aprovechar el espacio de las nuevas instalaciones para diversificar su producción. Con ese propósito está consolidando un área de formado y fabricación, donde ya tiene una máquina de corte láser y una dobladora CNC, ambas marca Yangli, adquiridas a finales de 2021.
“Entramos a otros procesos para dar servicio en corte láser y doblez. Buscamos diversificar, no concentrarnos solo en piezas mecanizadas. Además de prestar servicio de corte y doblez, parte de los planes que tenemos para este año incluyen soldadura y pintura, para dar un servicio más completo y abarcar más proyectos. Estas instalaciones nos han ayudado mucho a captar nuevos clientes, a organizar de mejor forma la estructura de la empresa, la gente, y las máquinas (en flujo y proceso). Todo esto nos ha llevado a ser una mejor empresa”, afirma Báez.
Fuera de entrar a otro nicho de mercado, al mismo tiempo ABT se ha enfocado en las certificaciones de calidad. En 2015 logró la certificación ISO 9000, tras invertir en un sistema ERP para llevar el control de la producción, mejorar la administración de la empresa y poder abarcar más proyectos.
Alfredo Báez tiene muy claro que debe estar actualizado en tecnología y pertenecer a asociaciones de la industria para mantener competitiva su empresa. En la actualidad está afiliado al clúster automotriz y aeroespacial de Nuevo León y es miembro de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA).
“Vamos a todos los encuentros de negocios que hay en las ferias de El Bajío, León, Celaya y San Luis Potosí. Aquí en la región: Monterrey, Saltillo, y estamos yendo también a Ciudad Juárez y Chihuahua. La lección que aprendimos en 2009 fue no depender de un solo cliente ni de una sola industria. En 2009 nos ayudó mucho que aquí en Monterrey la industria del petróleo crecía y la automotriz bajaba. Entonces entramos a la industria del petróleo y nos fue muy bien. Con el paso del tiempo, entre 2014-2015, el petróleo dejó de ser una buena fuente y lo automotriz subió, además de otras industrias. Hoy trabajamos para las industrias automotriz, petrolera, minera, médica y el sector metalmecánico en general”, refiere el ingeniero Báez.
Sus planes para 2022 son recertificarse en ISO 9001 y obtener las certificaciones ISO 14000 y 35000 para reforzar la parte de seguridad y de ecología de la empresa. “Eso nos va a dar las bases para conseguir también otro tipo de clientes y exigencias, pues las mismas empresas requieren que sus proveedores estén capacitados o tengan un mejor nivel en su operación” sentencia.
Como el 80 % de lo que elabora ABT Manufacturing Services va para Estados Unidos, Alfredo Báez piensa abrir una oficina en San Antonio, Texas: “En mi experiencia, el mercado estadounidense ha sido siempre el consumidor de los productos que hemos fabricado. Localmente tenemos clientes, pero muchos de los productos van para Estados Unidos. Creo que debe haber una gran oportunidad de aquel lado para buscar más alternativas y esa es la estrategia: abrir una extensión de la compañía y, para los clientes que ya tenemos, darles una razón social norteamericana para poder fabricarles más productos. Por otro lado, buscar más clientes y que tengan la confianza de que al ser una empresa en Estados Unidos, como extensión, lo que manden a fabricar con nosotros se va a hacer de buena forma y puedan facturar mediante la empresa estadounidense. ABT cuenta con el 98 % de entregas a tiempo con los diferentes clientes y las industrias que atendemos. Eso ayuda a diferenciarnos”.